En este artículo voy a compartir mi opinión sobre el debate que se ha generado alrededor del uso de dispositivos en la educación, dentro y fuera del aula y las diferentes medidas que gobiernos e instituciones educativas están tomando al respecto.
Hace ya 15 años que se empezaron a entregar de forma personal, dispositivos informáticos a los alumnos de nuestro país, en teoría para hacer un uso educativo del 100% y con el objetivo principal de conseguir la mejor versión de cada alumno. En gran medida se entregaron ordenadores con Microsoft Windows pero también equipos con diferentes versiones de Linux según cada comunidad autónoma, hay que tener en cuenta que todavía no existían ordenadores Chromebook o tabletas con sistema operativo Android.
¿Cómo se pretendía conseguir ese objetivo? Gracias al uso de plataformas educativas que prometían detectar de forma individualizada los posibles problemas en el aprendizaje de los alumnos y así por primera vez en la historia y gracias a la tecnología, poder modificar la forma de enseñar de los profesores en tiempo real.
Para explicar mejor la última frase, voy a describir dos ejemplos para aquellos lectores que no conozcan la educación digital o no trabajen con ella.
El primero sería el siguiente: después de impartir una clase de historia, el profesor mediante un sistema de votaciones basado en software realiza unas preguntas a los alumnos sobre el contenido impartido durante la misma. Si obtiene resultados negativos de la mayoría de los alumnos, debería llegar a la conclusión de que puede estar fallando en su método, y podría corregirlo y tomar la decisión de explicar el tema de otro modo o utilizar un contenido diferente. Pero lo más importante e innovador, será poder tomar esa decisión en tiempo real, algo imposible de realizar de otra manera o en su defecto, empleando mucho tiempo y de manera analógica.
El segundo ejemplo sería el siguiente: las plataformas empezaron a mostrar la curva de aprendizaje individualizada de cada alumno en tiempo real y permitiendo si fuese preciso a los profesores, realizar una adaptación curricular incluso semanalmente en base a los resultados obtenidos. De la manera tradicional el profesor tendría que solicitar la intervención del equipo de orientación y seguir un protocolo lento y en la mayoría de casos indicado para alumnos con dificultades de aprendizaje mayores.
Pues bien, durante todo este tiempo han sucedido muchas cosas, pero lo primero que quiero recordar es que la crisis del año 2010 que azotó nuestro país acabó de golpe con la mayoría proyectos públicos de transformación digital educativos basados en la entrega de un dispositivo a cada alumno. Por lo general todavía no se ha vuelto a ver esa inversión pública, salvo Euskadi que apostó por dar continuidad al proyecto sin sufrir ninguna interrupción desde entonces.
Solo las instituciones educativas más innovadoras y avanzadas a nivel pedagógico apostaron por continuar integrando las plataformas anteriormente descritas, pero que, inevitablemente iban emparejadas al hecho de entregar un dispositivo para cada alumno, asumiendo por tanto el riesgo que ello conllevaba.
En aquellos comienzos, es cierto que la mayoría de los proyectos educativos no empezaron bien, ni a nivel público ni privado, ya que solo se centraron en el uso de los libros de texto editoriales digitalizados y convertidos a formato PDF, y no en el uso de las plataformas educativas innovadoras con contenidos interactivos y conectados con herramientas del profesorado y familias, plataformas que, si bien es cierto, no existieron hasta pasados dos o tres años, sin ellas, se evidenció que aquellos proyectos no estuvieron bien diseñados desde el principio.
Además, y lo más importante, no se diseñaron teniendo en cuenta aspectos de seguridad basados en el uso responsable de Internet, por lo que no solo fracasaron a nivel de proyecto, sino que se le falló a todos los miembros de la comunidad, directivos, profesores, alumnos y sus familias, que percibieron la tecnología como algo negativo.
Si quieres conocer cómo crear un proyecto digital seguro te recomiendo leer este artículo https://planalfa.es/como-crear-un-proyecto-digital-seguro-en-la-escuela/
Entonces, si hoy en día, las escuelas cuentan con la posibilidad de implantar un modelo de educación digital muy innovador, seguro y, sobre todo, motivador para profesores y estudiantes. ¿Por qué ha surgido la polémica sobre el uso los dispositivos? Sencillo, como he explicado antes, llevamos varios años viendo proyectos educativos mal diseñados y carentes de los elementos de seguridad y supervisión necesarios y esto ha originado mal estar, inseguridad y temor en las familias, y aunque ahora si se cuenta con herramientas de filtrado, interacción digital y políticas de seguridad en los dispositivos, en muchos casos, en los proyectos no las han implantado.
Pues bien, el daño ya está hecho y ahora nos toca a todos convencer a esa parte de padres que rechazan el uso de los dispositivos educativos, explicarles que no se puede volver hacia atrás, que no se pueden perder los beneficios obtenidos durante los últimos años gracias al uso de herramientas de evaluación, plataformas editoriales y de contenidos que facilitan el aprendizaje, la comprensión lectora y otros aspectos importantes de la educación que no serían posible lograrse sin el uso de la tecnología actual, como puede ser la atención a la diversidad.
Las familias por definición deben desde ahora tomar conciencia y pasar a la acción limitando el uso de dispositivos y el acceso a pantallas dentro del hogar, este debate no se habría producido si los estudiantes tuviesen un único dispositivo para uso personal y educativo, con gestión del tiempo y acceso limitado al contenido inapropiado, con supervisión de los profesores en los centros educativos, pero también de los padres en el hogar. Puedes conocer la solución Lugus aquí: https://lugus.digital/index.php/es/ si bien existen otros productos similares.
Sin embargo, desde hace unos años, hemos visto a diario que los niños menores de 12 años tienen teléfono móvil, videoconsolas con Internet, televisión con Internet y muchos otros dispositivos electrónicos a su alcance y sin limitación de tiempo alguna, si a eso le sumamos ahora el uso del dispositivo en los centros educativos, es normal que los padres se alcen en contra, por eso yo les pido a estos últimos que reflexionen y pongan énfasis en eliminar los dispositivos de casa, sobre todo antes de los 12 años, y cuando tengan que proporcionarles un teléfono móvil que tenga interacción parental, aquí se puede ver un ejemplo en el que colaboré hace pocos años https://youtu.be/XuKSCn2YHQE actualmente no está a la venta pero existen soluciones similares.
En mi opinión, las medidas tomadas por la Comunidad de Madrid son muy acertadas y las diseñadas por la Generalitat de Cataluña, aunque escasas de momento, también están orientadas a proteger al alumnado de menor edad del perjuicio que puedan originar las emisiones producidas por las pantallas y los dispositivos electrónicos dentro de las aulas, por no hablar de la adicción que genera, de sobra demostrada por diferentes agencias como la FAD. A estos dos ejemplos se unen las normativas implantadas por algunas comunidades autónomas, limitando o regulando el uso del teléfono móvil dentro de los centros educativos, con el fin de prevenir las distracciones y el ciberacoso.
¿Qué se debería hacer ahora? Desde mi punto de vista, antes de comenzar a poner parches de forma improvisada, cada gobierno debería crear un comité técnico de expertos que evalúe el impacto que ha tenido la tecnología educativa con los estudiantes y sobre todo los menores, es cierto que unas comunidades están más avanzadas que otras en lo referente a proyectos digitales y por eso en cada una de ellas el resultado debería ser distinto, pero en todo caso similar, recomiendo compartir los resultados entre los diferentes gobiernos.
Cuanto antes se haga esta evaluación técnica y pedagógica contando con los líderes de la industria de tecnología educativa de nuestro país, antes se podrán seguir construyendo proyectos digitales seguros y emocionantes para nuestros estudiantes. El enfoque STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas, por sus siglas en inglés), el Design Thinking o pensamiento de diseño, el aprendizaje colaborativo, el aprendizaje basado en problemas (ABP), y otras metodologías modernas, en la mayoría de las situaciones están ligadas al uso de ordenadores y tabletas dentro y fuera del aula y prohibirlos sería un error.
Por mi trabajo, converso a diario con los administradores y coordinadores TIC de numerosas escuelas, públicas, privadas, laicas y religiosas, y en todos ellos observo algo, preocupación, porque no pueden permitirse volver al pasado, a la escuela de los siglos 19 y 20. Es por ello que he decidido escribir este artículo, con el fin de pedir calma y paciencia a los padres que con buen criterio están pidiendo coherencia en el uso de los dispositivos, pero también quiero pedir a las administraciones públicas que trabajen con rapidez y coherencia a la hora de adoptar medidas, medidas que deben traspasar las escuelas y también llegar a los hogares, por el bienestar de los menores y sus familias.
Si bien, al principio he alabado la norma creada por la Comunidad de Madrid, también pienso que puede mejorarse, por ejemplo, el tiempo de uso de los dispositivos establecido para la ESO se queda muy reducido y creo que debería establecerlo cada centro en función de su proyecto o plan general de centro, dentro de un rango de referencia.
Pondremos todo de nuestra parte para que la educación digital sea segura y productiva para el uso por los menores. Gracias a Integra la solución Lugus está incluida con otras aplicaciones de ciberseguridad, gestión y gobierno TIC, dentro de una iniciativa muy original denominada School Suite.
Para consultas sobre la implantación de Lugus, la implementación de tecnología educativa y otras herramientas de gestión o seguridad en su centro educativo no dude en ponerse en contacto con Integra.
Madrid, 16 de julio de 2025
Carlos Rueda
Consultor y experto en tecnología educativa
Escudo Web Software (Partner de Integra)
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