Seguramente hayas escuchado en más de una ocasión los términos “Dark Web” o “Deep Web”. Parecen sitios asociados a los hackers, algo oculto, reservado para aquellos navegantes que quieren adentrarse en lo más profundo de la red. Y es precisamente eso, sitios con los que tenemos que andarnos con ojo, porque nuestra seguridad puede verse vulnerada.

Una forma de protegernos en Internet es precisamente conocer por donde navegamos. Por eso, en este artículo, nos gustaría explicaros qué es esto de la Dark Web.

Lo primero que debemos saber es que la Dark Web y la Deep Web son cosas distintas, aunque a veces se usen ambos vocablos como sinónimos.

La realidad es que la mayoría de personas navegan por la red a través de un buscador como Google, Bing o Yahoo! y visitan sitios comunes: redes sociales, periódicos digitales, correo electrónico, foros, etc. Estos sitios representan una pequeña parte de Internet, alrededor de un 10% y se suele representar como la punta del iceberg. Es lo que se denomina Surface Web.

La parte del iceberg que no es tan visible, es donde se encuentra la enorme cantidad de sitios e información privada que no es indexada por los buscadores. Es más complicado de acceder, pero dicho acceso es público, y, aunque pueda parecer lo contrario, la navegación es completamente legal; es más, una gran parte del contenido que vemos a diario pertenece a la Deep Web.

Lo que prima en la Deep Web es el anonimato y los sistemas de protección de tráfico y privacidad. Es aquí donde se alojan las bases de datos de hospitales, Seguridad Social, Bancos, carpetas de Dropbox, Google Drive, contenido audiovisual de Netflix, HBO, estudios y publicaciones de investigación y un largo etcétera. Realmente podemos encontrar casi todo lo que imaginemos.

Pero, dentro de esa enorme cantidad de datos, también está aquello que no es legal, todo ese contenido relacionado con drogas, ciberdelincuencia, pornografía infantil, armas y una enorme variedad de temas muy poco recomendables. Es lo que se conoce como Dark Web.

Es importante aclarar que navegar a través de la Dark Web también es legal. El peligro radica en las actividades concretas que nosotros realicemos dentro de este espacio.
De cualquier modo, la Dark Web representa tan solo un 0,1% de la Deep Web y su acceso es bastante más complejo. No entraremos en detalles de cómo acceder a este espacio de la red, pero es necesario, al menos, un navegador específico que redirija todo el tráfico a través de distintas capas hasta llegar a la Dark Web. La opción más conocida y popular es el navegador TOR.

Hace un momento he comentado que la navegación a través de estos espacios de Internet es legal, y efectivamente es así, pero eso no quiere decir que sea seguro. Son muchos los riesgos a los que nos exponemos cuando nos adentramos por estos lares. Entre ellos, podemos destacar la enorme posibilidad de infectar nuestro equipo con algún malware, ser espiados sin ni siquiera enterarnos o toparnos con contenido muy desagradable como mutilaciones, pedofilia o incluso asesinatos. Y debemos tener en cuenta que acceder a este tipo de contenido, incluso por accidente, puede comprometernos seriamente, ya que las autoridades suelen rastrear a los usuarios que acceden a este tipo de sitios.

Además de lo comentado en el párrafo anterior, conviene saber que la opacidad que ofrece la Dark Web convierte este espacio en un entorno de reunión perfecto para los ciberdelincuentes. Éstos ofrecen sus servicios delictivos al mejor postor, pero en muchas ocasiones, son únicamente una estafa con la que engañan a los que pretenden contratarlos.

Veamos unos ejemplos de los delitos ofrecidos en la Dark Web y de los que cualquiera de nosotros podríamos ser víctima si nuestra curiosidad es mayor que la precaución.

  1. Venta de bases de datos robadas con información confidencial de los usuarios. Fueron muy sonados el robo de 100 millones de contraseñas de LinkedIn en 2012 y 2016, el incidente que sufrió Wallapop en 2019 o la copia de contraseñas de Zoom y Nintendo en 2020.
  2. Sextorsión, donde se amenaza a la víctima con enviar una supuesta grabación de índole sexual a sus contactos si no accede a pagar una cantidad de dinero, normalmente en bitcoins.
  3. Tráfico de drogas y armas, las cuales se envían por correo postal y el pago se realiza, como en el caso anterior, en bitcoin. Destaca una condena de cadena perpetua impuesta a Ross Ulbricht en 2015, en Nueva York, creador de una web llamada “Ruta de la Seda” donde se vendían multitud de productos ilegales y se cometían numerosas actividades criminales.
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  5. Venta de objetos robados, como vehículos, productos de tecnología, obras de arte, etc; cuya pena puede ascender hasta los 3 años de cárcel.
  6. Usurpación de identidad, ofreciendo acceso y control a perfiles de redes sociales como Facebook, Instagram, WhatsApp, entre otras.

Como habréis intuido, la Dark Web no es precisamente un sitio muy agradable de visitar, aunque con las medidas de seguridad oportunas y sabiendo siempre lo que hacemos y cómo lo hacemos, también podemos encontrar contenido interesante y muy alejado de la ciberdelincuencia.

Es tarea de cada uno saber si debe anteponer la curiosidad al sentido común. Sea como sea, queremos recordaros que en Integra disponemos de licencias del antivirus ESET con las que estaréis más protegidos frente a cualquier amenaza, ya sea navegando por la Surface Web o por la Deep Web.

Recordaros también que, si os gusta este tipo de contenidos, en Integra tenemos un espacio dedicado a noticias de ciberseguridad, Integratics.tv, donde subimos semanalmente un noticiario comentando lo más destacado en el mundo de la tecnología y la seguridad en la red.

Madrid, 16 de septiembre de 2022

Javier Calvo
Ingeniero de Sistemas – Dpto. de ISP y Seguridad
Integra Información y Comunicación S.L.