En Francia y en el Reino Unido las operadoras podrían desconectar a los usuarios que usen programas P2P

La idea de compartir ficheros a través de Internet no es nueva y, con ese propósito, se crearon las ya famosas redes P2P (peer to peer) que podría traducirse como redes de igual a igual. De manera general se puede decir que este tipo de redes se caracteriza por no tener clientes ni servidores fijos, sino que los ordenadores conectados a dichas redes son al mismo tiempo clientes y servidores de los archivos que descargan y comparten. Esto significa que la información no reside en un único equipo, sino que aun en el caso de caída de un servidor la información está residiendo en los otros ordenadores que hayan descargado dichos archivos y estén compartiéndolos.

Por lo tanto, la eficiencia de estas redes, a diferencia de las redes convencionales con modelos cliente-servidor, aumenta conforme se amñlia el número de usuarios que están descargando y compartiendo archivos. El ancho de banda y las capacidades de almacenamiento aumentan de manera proporcional. Por lo tanto es el sistema adecuado para compartir grandes volúmenes de información.

Desafortunadamente, estas redes, aunque son excelentes vehículos de comunicación y propagación del conocimiento, tienen como contrapartida la posibilidad de ser usados para fines menos lícitos. De hecho, la industria discográfica y la del cine han están presionando a los gobiernos para que se prohíba este tipo de programas debido fundamentalmente a que las películas y música sujeta a derechos de autor son precisamente las más descargadas por los usuarios.

Pero la prohibición atacaría precisamente todo aquello que Internet permite: la búsqueda, localización y publicación de cualquier tipo de contenido. Una iniciativa en este sentido podría poner en peligro el derecho individual y colectivo de expresión.

En países en los que los derechos de conciencia no son debidamente reconocidos o defendidos, el acceso a servidores con información en pro de la defensa de los derechos civiles, de conciencia y culto, constituyen un grave riego debido a las posibilidades de identificar el origen y el destino de la información: conocer las IP de los servidores y del usuario puede permitir la identificación de las personas y por lo tanto ser objeto de persecución política o policial.

Por este motivo, y por la posibilidad de que en un futuro el uso de este tipo de redes sea prohibido, el interés de la comunidad P2P en el anonimato ha crecido de manera notable. La idea es muy simple: en lugar de establecerse una conexión directa entre dos miembros de la red y por lo tanto con el riego de desvelar la IP de los equipos, se utiliza la red de ordenadores para que la información solo viaje de manera trasparente en el último tramo del recorrido. La información viaja encriptada a través de un número indeterminado de equipos hasta su destino, viajando de manera abierta sólo en el último tramo del trayecto. Por lo tanto todos los equipos presentes en la red transmiten información cuyo contenido, origen y destinatario ignoran siendo casi imposible la identificación final de los usuarios. Cada 10 minutos se establece una nueva ruta totalmente diferente para evitar que se pueda seguir la trama completa, conforme se ilustra en la figura siguiente:

Esta manera anónima de acceder a los servicios de Internet permitirá:

  1. Imposibilidad de realizar el registro de los visitantes ya que la IP no revela el usuario originario de la petición.
  2. Imposibilidad de que un gobierno realizase listas de visitantes a un determinado sitio web
  3. Mayores dificultades para ejercer la censura de contenidos

Aunque el desarrollo y uso de este tipo de redes P2P anónimas es incipiente, ya se advierte que es posible detectar el uso y presencia de dichas aplicaciones en los ordenadores y, por lo tanto, es posible que un gobierno pueda ilegalizar su uso. En los países en los que los algoritmos de cifrado de información sofisticados están prohibidos, podría obstaculizarse el flujo de la información. Podría ocurrir de igual manera que se limitara el uso de puerto no estándar por lo que la información deberá viajar a través de puertos habituales si no se quiere que pueda ser bloqueado por el proveedor.
A modo de resumen, las redes P2P son entre las aplicaciones de Internet, la más poderosa herramienta para compartir información, sobre todo cuando se trata de archivos de gran tamaño o que requiera la distribución entre un número importante de personas sin que sea necesario contar con grandes anchos de banda ni servidores dedicados. Gracias al anonimato es posible hacerlo con total garantía de seguridad.

Diego Echeverri
Director de Plan Alfa

Madrid, 1 de Octubre de 2008